Cabo verde - Martinica


Una semana prácticamente estuvimos disfrutando de la isla de Cabo Verde, comiendo bien y empapándonos de la música, los colores y la actividad de Mindelo. Decidimos salir el 29 de diciembre rumbo el Caribe, poca cosa queda por preparar y ya no tenemos excusas para seguir en tierra. Así que cargamos aún más el pobre Cinnabar de litros de agua, gasoil, i muuucha comida, comida y, un par de botellas de vino de cada color, otra de ron para preparar unos Grogs durante la travesía, birras como para podernos tomar una cada uno y cada día, mas algunas de recambio por si a alguien le daba bajón, cava para celebrar las primeras mil millas, para celebrar la mitad de la travesía, las últimas 1000 millas, las últimas 500, las 100, las ya vemos las luces del faro...

                        

Si el Cinnabar es un barco con poco francobordo, sólo le faltaba cargarlo así para que tenga aún menos, de lejos, por encima la línea de flotación sólo se aprecian la peluca del capitán.


El primer dorado y único que conseguimos subir a bordo, la pesca dió frutos los primeros días, pero pronto empezaron a aparecer sargazos que impedían que nuestro pececito nadara libremente. Hasta que después de subir muchas algas a bordo tuvimos una baja importante, perdimos nuestro gran amigo en medio del atlántico, comido por un pez demasiado grande para nuestro hilo de pesca o arrastrado por una gran bola de sargazos.

Pasan los días y las rutinas a bordo nos hacen perder ya la noción de cuándo salimos y cuándo nos queda, tuvimos una navegación con poco viento pero placentera durante unos ocho días, los que tuvimos que bajar a latitudes bajas, bajamos hasta los 12º N para esquivar una gran calma situada en nuestro rumbo directo. Eso sí, la celebración de fin de año no faltó, ambientada por el capitán pegándole a una sartén y marcando los tiempos para comer las uvas.



Aunque los vientos no son fuertes, el desgaste que sufren las drizas y las velas es importante, ya que prácticamente no cambiamos la configuración de las velas en más de ocho días. Navegamos a orejas de burro y la mayor apoyada ligeramente en los obenques,y antes que estos marcaran la vela, y como acontecimiento del día: Anna subió al palo a colocar una protección de alta calidad y profesional en el mundo náutico, idea como no del capitán, un churro de piscina. 

              

           
Una vez librada la calma empezamos ya a subir rumbo directo a Martinica, con más viento pero tranquilos, el Cinnabar navega sin descanso haciendo medias de más de 7 nudos de velocidad.


Nos encontramos a mitad de la travesía, momento para el que conservábamos una botella de buen vino, obsequio del sr. Kike Molto, un tinto de nombre "Brúixola" como no podía ser de otra manera, fue descorchada y absorbida sin piedad! merci Kike, va por ti!




Los que sí intentan descansar son los tripulantes, rendidos por el cansancio, el marinero fue castigado por quedarse dormido sin permiso, y fue marcado hasta el fin de la singladura por su falta de disciplina.

              

Al cruzar el ecuador de la travesía empezaron a aparecer los famosos chubascos del Atlántico, de día se ven claramente que se acercan por la popa, sube el viento y en pocos minutos se te hecha encima, agua que te deja empapado en pocos segundos. Al principio en cada uno que se acercaba la tripulación entera salía a la bañera equipada hasta los dientes y preparada para lo que el timonel necesitara, los últimos días, la tripulación abandonaba a quién estaba a la caña con risitas, encerrádose dentro para evitar mojarse, mientras aprovechaba para comer y beber en el sofá. 


La tarde del día 13 de enero divisamos tierra firme, llegamos a las inmediaciones de Martinica por la noche, así que nos pillamos a una boya luchando con un fuerte chubasco muy oportuno en las cálidas aguas caribeñas, enfrente de la marina de Le Marine.



2200 millas 15 días




Comentarios

  1. Pim Pam!! Ja he creuat el bassal!!! Me n'alegro!

    Sóc l'Anna

    ResponderEliminar
  2. David.... Que te de el sol en los hombros que pareces un ciclista!

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vinga va!!! Ara ja heu fet la gracieta, a veure que us donem pel vaixell. I agafeu el primer vol cap a casa que teniu la vostra família que no viu. 😉

      Eliminar
  4. Ey, qué tal? Hace días que pienso en vosotros. Por aquí la aventura no deja de ser fascinante: el apocalipsis ha llegado y disfrutamos de un confinamiento en nuestras casas para solventar el fucking virus. Veo que los vientos soplan a vuestro favor y que disfrutáis (de a ratos,al menos, de la aventura)
    Os envío un abrazo y muchos ánimos para lo que siga especialmente al que carga con más mala follá del equipo però que vale su peso en oro. Abrazo a todod/as

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Gran Canaria - Cabo Verde

La Graciosa - Las Palmas de Gran Canaria